Hoja de ruta
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- Escrito por Lui / Fotos: Josema Moreno
Dominio y posesión.
Si exceptuamos algún susto en forma de resbalón, la iniciativa era del Alba y la pelota también. El Marino, líneas muy juntas, casi incrustando su doble pivote entre los centrales, solo presionaba a partir de medio campo: estaba bien asentado, a verlas venir o la espera de cazar un rechace o de aprovechar una pérdida a costa de ceder la iniciativa a quien debía llevarla.
Rocha disputa un balón dividido con un rival
Pero Rocha y Candela no se imponían al entramado que montaban los de José Luis Quirós mientras que Calle y un hoy desafortunado Molina se afanaban en bajar balones servidos por los centrales. Cómodo para los visitantes, era como querían jugar su partido Solo Adriá, muy activo por su banda, inquietaba pero sin llegar a asustar de verdad. La ocasión más clara de la primera mitad llegó, sin embargo, por banda derecha cuando Tete la dejó franca dentro del área para Candela que disparó desviado: Molina, que esperaba en el punto de penalti, era mejor opción.
Reanudación
A la vuelta del vestuario, el Alba aplicó, si acaso, una pizca más de velocidad al balón tratando de penetrar por los costados y concretó en diez minutos más peligro que en toda la primera mitad merced a sendos centros de Adriá y Calle. Sobre todo el segundo, que no llegó a rematar Molina en inmejorable posición por milímetros.
Curto.... y gol.
Gómez decidió dar entrada en el campo a Curto sustituyendo a Molina y apenas ingresado Víctor decide disparar desde lejos en una contra local sorprendiendo a Ponzo con un potentísimo disparo ajustado a su palo izquierdo. La lata estaba abierta.
Otro que llegó y besó el santo, aunque no tan rápido, fue Núñez. El catorce entró por Rocha y, si bien es cierto que los visitantes empezaron a acusar el esfuerzo cuando tuvieron que remar contracorriente, dio a la medular el oxígeno y la pausa que necesitaba.
Una jugada suya por banda, pared incluida, le habilitó para poner un buen centro al área que Calle cruza con calidad poniendo el segundo, que acabó de hundir al Marino.
Tete, el tercero.
Tras marcar y tener algún gesto poco afortunado con la grada, Calle se retiró entre palmas y pitos (más de las primeras) dejando su sitio a Añón.
Tete se situó en la media punta donde aportó movilidad y participación: aunque el Alba jugaba ya prácticamente a placer es conveniente tomar nota de ello por si es necesaria la opción en el futuro. En una contra tras una perdida de balón visitante, Curto le cedió en bandeja el tercero al pacense.
El del pito y sus amigos.
Dirigió el andaluz Abraham Domínguez Fernández y sus amiguetes Alejandro Sánchez Vinuesa y Alberto García González. Si acaso mostró alguna tarjeta de más en un partido que se dirigió casi solo, pero es de lo mejorcito que hemos tenido el placer de ver este año.