La situación del Albacete es muy delicada. A la mala situación económica se ha unido ahora una peor deportiva, cuyas consecuencias no han llegado por la gracia divina, sino por una mala planificación que está dejando en evidencia al proyecto presentado por  Bandera Blanca.

Y para ayudar a que todo fluya como es debido, nada mejor que una política de comunicación impuesta por este Consejo basada en una total falta de transparencia, censura y continuos intentos de manipulación. Tanto es así que todas las semanas se pueden ver en la página web oficial del club comunicados de rectificación y desmentidos que atacan directamente a la profesionalidad de los medios de comunicación de Albacete.

Menos mal que en el proyecto de Bandera Blanca una de sus máximas prioridades era establecer una línea de buena sintonía con los medios de comunicación y una total transparencia de las actuaciones, pero claro, cuando las cosas no van bien es mejor cerrar la puerta a cal y canto y echarle la culpa a los medios. ¿Por qué los responsables de la entidad, dígase presidente, vicepresidente deportivo, director deportivo, entrenador e incluso coordinador del fútbol base se niegan a atender a los medios de comunicación? ¿Tanto miedo tienen a que haya preguntas difíciles de contestar?

Ayer asistía un [.....]

[.....] consejero a la firma de un convenio, pero a la hora de hablar de temas tan importantes como la ampliación de capital y la junta de accionistas el único que daba la cara era el director de comunicación. Ni el presidente ni el vicepresidente económico estaban para responder a las interrogantes que se plantearon.

Dice un refrán que otros vendrá que bueno te harán y los nuevos dirigentes parecen tener el objetivo de hacer bueno al anterior Consejo, y mira que era complicado.