El Albacete Balompié lleva mucho tiempo jugando en el alambre, bajo un discurso optimista cuando todo lo que hay alrededor es negativo, sobre todo los resultados, que al final son los que te colocan en un sitio o en otro. Pero además de los resultados están las sensaciones y la sensación que deja este Alba partido tras partido es que es incapaz de hacerle un gol a nadie. Esa impotencia le ha llevado a sumar dos de los últimos 18 puntos y para el técnico eso es “trabajar bien”. Nadie duda de las ganas del vestuario, de su intención de conseguir un objetivo cada vez más distante, pero si trabajar bien es sacar dos puntos de 18 ya queda claro que trabajando bien este equipo no logrará la permanencia.
El partido de este lunes vuelve a ser a vida o muerte. Más allá de las distancias existentes, el Alba tiene que ganar sí o sí, porque de no hacerlo las consecuencias pueden derivar hasta en el despido del entrenador, porque ya me dirán como se puede vender una permanencia si no se gana un partido. Atrás queda el buen arranque de Menéndez, que hizo jugar a esta plantilla más que lo había hecho su antecesor, pero al final se volvió a demostrar que los entrenadores tienen un efecto efervescente cuando no hay plantilla a la que agarrarse y el Alba demuestra semana tras semana que no ha sabido confeccionar un equipo suficientemente armado para mantener la categoría.
Por lo menos la suerte inicial está de cara para los locales. Alejandro Menéndez recupera jugadores importantes y solo tiene la baja de Gorosito. La vuelta de Álvaro Jiménez es la mejor noticia y además parece que ha vuelto enchufado. Ausente las dos últimas jornadas al dar positivo por Covid el juego ofensivo del Alba, ya de por sí pobre, quedó bajo mínimos y la presencia del cordobés anuncia al menos algo de calidad arriba que se ha echado de menos. Lo normal es que Zozulia regrese a la punta de ataque cumplida su sanción, que Carlos Isaac retrase su posición para jugar en el lateral y Arroyo se desplace al centro para actuar junto a Boyomo, aunque el camerunés también podría acompañar a Kecojevic en detrimento del madrileño.
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Si casi todo son buenas noticias para la alineación del Albacete, todo lo contrario le ocurre al Cartagena. Jugar el lunes ha significado perder a tres jugadores por las respectivas llamadas de sus selecciones, lo que no hubiera ocurrido de jugar sábado o domingo. La baja más importante es la de Aburjania (Georgia) y también se perderán el choque Carrasquilla (Pánama) y Coulibaly (Burkina Faso). De la Bella está lesionado, mientras que Luis Carrión tiene a varios jugadores con diversas molestias, casos de Álex Gallar, Nacho Gil y David Simón. Ausencias y dudas darán la oportunidad a jugadores como Pablo Clavería y el que fuera jugador del Alba hace ya años Antoñito.
El partido se presenta con los tintes épicos de lo mucho que hay en juego. El Alba está obligado a ganar si quiere mantener vida una llama que se apaga sin remedio, mientras que el Cartagena sabe que conforme está la situación todo lo que no sea sumar de tres valdrá para muy poco. Será un partido a cara de perro, con mucho que ganar y mucho que perder, así que la concentración y el respeto pueden dejar paso a un final desesperado para uno u otro.
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El colegiado de la contienda será el navarro Eduardo Prieto Iglesias, que este año ya ha pitado una vez en el Carlos Belmonte, en el empate sin goles de la jornada 11 frente al Leganés (0-0). Antes también protagonizó otro empate sin goles en El Alcoraz ante el Huesca (0-0) en la 2017-18 y en la ya lejana 2010-11, en la que el Alba acabó descendiendo, arbitró un Albacete-Ponferradina que ganaron los visitantes (0-1).
Al Cartagena por su parte también lo ha dirigido en tres oportunidades, entre la temporadas 2010-11 y 2011-12, con un bagaje totalmente equilibrado: una victoria, un empate y una derrota.
En el VAR estará el gallego David Pérez Pallas.
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