Roman Zozulia decía adiós este martes de la afición del Albacete Balompié a través de una carta abierta publicada en sus redes sociales y que también tenía visibilidad el página web oficial del club.
El delantero es otro de esos futbolistas que, como en el caso Tomeu Nadal y Álvaro Arroyo, hubiera merecido otro tipo de despedida por todo lo que le ha dado al club blanco en estas cuatro temporadas en el Albacete, “¡Cuatro maravillosos años!” según indicaba el propio ucraniano en su misiva y en la que aprovechaba para pedir disculpas a la afición por el descenso y no “poder estar a la altura de las expectativas”.
Roman no se dejaba a nadie en sus agradecimientos, desde antiguos compañeros, a empleados del club, directiva y también a la afición y a la ciudad de la que señaló que “siempre estará en su corazón y en el de su familia”.
Quien aquí escribe estas líneas no puede tampoco olvidar todo lo que este gran futbolista y mejor persona ha dado por el Albacete y el grado de compromiso que siempre mostró por el club todas las veces que se enfundó la camiseta blanca. ¡¡Ojalá muchos otros hubieran dado una centésima parte de lo que el ucraniano derrochó!!.
Algunos se olvidan de esto, y aprovechan esta aciaga temporada para señalarle a él, en una absurda simplificación asociada a su posición en el campo y su supuesto salario estratosférico, como único responsable de una catástrofe deportiva. No señor, esos culpables hay que buscarlos mucho más arriba en el organigrama de la entidad. Si el club se niega a enumerar en su autoreflexión las causas del descenso y apunta a que son más de una, evidentemente no va a cargar aquí un solo futbolista con toda la culpa.
Esas lágrimas de aquel ascenso que se escapó, esa entrega desde el minuto 1 hasta el final de cada partido, esos remates de cabeza inverosímiles que, con un buen centrador, siempre se sacaba, las guardaré para siempre en mi retina albacetista con un grato recuerdo. Al lado estarán, por supuesto, esa imagen de rodillas mientras Maikel Mesa ejecutaba aquella pena máxima en Cádiz o la foto de aquel cama articulada, que en plena pandemia y con los políticos a verlas venir, donó el bueno de Roman al Hospital de Albacete.
En definitiva, Roman Zozulia siempre estará en el cuadro de esos jugadores de los que siempre me acordaré con cariño y, probablemente pase aún algún tiempo hasta que retiremos su foto de la cabecera de este portal web.
Gracias por todo Roman.
Спасибо за все Роман.
A continuación reproducimos la carta de despedida de Roman Zozulia:
Aquí termina una bonita historia que duró cuatro años. ¡Cuatro maravillosos años! Estoy escribiendo este mensaje con lágrimas en los ojos, con dolor en el alma porque hemos defraudado a nuestra ciudad y a nuestra afición. Quiero pedir disculpas ya que no pudimos estar a la altura de las expectativas. Este año fallamos y quiero disculparme por esto. Solo espero y estoy seguro de que ¡Albacete volverá pronto a Segunda!
Quiero agradeceros a todos por estos cuatro años que pasé en este gran club y en esta increíble ciudad. Mi familia y yo siempre recordaremos Albacete.
Además me gustaría agradecer a todos los jugadores con los que jugué, ustedes fueron grandes jugadores, y sobre todo, increíbles amigos.
También querría agradecer a los médicos del club, fisioterapeutas, a todo el personal del club, a todos los implicados en el Alba. Os quiero. Os habéis convertido en una segunda familia para mí.
Gracias a la dirección del club por todo lo que ha hecho por mí y por lo que hemos tenido que pasar.
Quiero dar las gracias a la afición de Albacete porque siempre me habéis apoyado y habéis estado a mi lado. Muchas gracias. He hecho muchos amigos aquí. ¡Mi familia nunca os olvidará! Albacete estará siempre en mi corazón. Mucha suerte.
¡Con todo mi cariño, Roman Zozulia!
¡AÚPA ALBA!