La campaña del Albacete Balompié está resultando extraña. El equipo manchego entró en la 32 jornada como líder del grupo II pero viene de perder en casa del Sabadell, en ese caballo de batalla que están siendo los partidos fuera de casa, y por ello está obligado a ganar en el Carlos Belmonte al Atlético Sanluqueño si quiere salir de esta jornada 32 todavía líder, pues el Andorra ganó su partido y, por ello, está dos puntos por encima de los manchegos a expensas de lo que pase en el Municipal albaceteño.
Y la temporada está resultando extraña porque el Alba no ofrece la fiabilidad de un equipo que marcha líder. El equipo de Rubén de la Barrera es capaz de apabullar a su rival, pasarle por encima con un fútbol de toque y exquisito, dominar el partido de forma clara, pero unos minutos después desconectarse y ofrecer la sensación de que cualquiera le puede dar la vuelta a un resultado y todo lo bueno de antes se diluye en la mediocridad presente. Es por ello que partidos que parecían solucionados, como el 1-0 con el Sabadell y el rival con un hombre menos o el 1-3 en San Fernando al descanso, se terminaron empatando y dejando escapar puntos que ahora sería muy valiosos. Donde más se ha visto esa desconexión ha sido fuera de casa, donde hasta se han llegado a recibir goleadas, lo dicho, algo extraño para un equipo que quiere ser campeón. Esa irregularidad manifiesta dentro del mismo partido es quizás lo que no ha terminado de enganchar a la afición, que mantiene una presencia en el Belmonte en torno a los seis y siete mil aficionados, sin alcanzar siquiera la cifra de abonados y que no ha aumentado por mucho que el equipo haya enlazado buenas rachas, haya realizado partidos brillantes y se haya puesto primero en la clasificación.
Obviamente conforme la liga vaya llegando a su rival, si la cosa sigue igual, el Belmonte se llenará, porque ya sabemos que los ascensos les gustan a todos.
Este domingo hay que ganar, para seguir líder, aunque De la Barrera deja claro todas las semanas que aquí habrá movimientos hasta el final, como queriendo poner paños calientes por si el liderato pasa a otras manos. Lo que está claro es que cada semana que pasa el partido Andorra-Albacete va cobrado más importancia, con la particularidad de ser fuera de casa, donde peor se le han dado las cosas al equipo manchego y más frente a los equipos de la parte alta. Y es que de los de arriba, solo le ha ganado fuera al Castilla (5º). Perdió con el Villarreal B (2º), con el Atlético Baleares (4º) empató con San Fernando (6º), con Algeciras (8º), con el Nástic (9º), perdió con el Sabadell (10º), empató con el Barcelona B (11º), con el Linares (13º) y perdió con la Balompédica Linense (14º). Vamos, que está claro que la buena temporada del Alba está basada en sus fenomenales resultados en el Carlos Belmonte, donde ha ganado 12 de sus 16 partidos disputados.
Esos resultados fuera de casa es lo que no termina de soltar a una afición que está con el equipo, que lo apoya desde el minuto uno hasta el último, pero que, 31 partidos después de empezar la liga, mantiene sus dudas con un equipo capaz de desplegar un fútbol de salón como de verse atropellado por su rival. Solo hay que ver un dato, en las seis derrotas que lleva el Alba ha encajado 14 goles y solo ha macado dos.
Para medirse al Atlético Sanluqueño, Rubén de la Barrera recupera a Alberto. El centrocampista canario, un jugador sobrado de talento, regresará al equipo titular y es posible que haya más cambios en el once, como la presencia de inicio de Fran Álvarez o incluso Jordi Sánchez. Variantes tiene para dar y tomar el técnico en la parte de arriba, mientras que atrás veremos si sigue apostando por el invento Boyomo, o como fabricar un lateral derecho porque no tengo otra cosa.
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El Sanluqueño llega, como toda la temporada, situado al borde del abismo. Es la posición que lleva ocupando mucho tiempo, al borde del descenso. Por ello, los puntos le son necesarios y no mirará la matricula del Mihura que puede ser el Albacete si se lo propone. Ahora lleva una racha de cuatro partidos sin perder, tres empates y una última victoria, sorprendente, sobre un San Fernando al que sacó de la zona de play-off.
La afición jugará un papel importante. El ambiente y el Carlos Belmonte pesa sobre los rivales y eso ayuda al equipo. Solo falta mejorar esa finalización y, sobre todo, evitar esas desconexiones que cambian las sensaciones que deja el partido y hacen que seguramente no se esté valorando en su justa medida la temporada que está haciendo el equipo manchego y que puede culminar con el objetivo planteado, el regreso a la Liga de Fútbol Profesional.
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El colegiado designado por el Comité Técnico de Árbitros para la dirección del encuentro es el barcelonés de 30 años David López Jiménez que afronta con la actual su quinta campaña en la categoría de bronce del balompié español.
López Jiménez dirigirá con este su partido número 55 en este tercer escalafón del fútbol nacional y jamás impartió justicia en competición oficial ni a manchegos ni a andaluces.
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